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reportaje

El de Muramasa fue siempre un clan maldito. Se decía que las katanas que forjaba este clan japonés, tenían el filo más mortífero de Japón. Durante años, sus espadas invadieron los armarios de bambú noble en el que se guardaban las armaduras los mejores samuráis.

La mala suerte quiso que fuera justamente una espada Muramasa la que cortase la cabeza del hijo del futuro shōgun: Tokugawa Ieyasu.

 

Cuando se estableció su shogunato, una dictadura militar que duró 250 años,  las espadas forjadas por el clan fueron terminantemente prohibidas en todo Japón. Fue entonces cuando el clan cayó en desgracia. Todo aquél que tratase con las armas, que hasta hacía no demasiado habían sido las más prestigiosas del país, era condenado severamente. Bien lo supo el bugyō, el comisionado político local, de Nagasaki que pagó su pasión como coleccionista de katanas, con su propia vida, cuando se descubrieron Muramasas en su casa.  

A más de 10.000 km y más de cuatro siglos después, un desconocido joven de apenas 18 años publicaba una mixtape en Soundcloud llamada Soundtrack To A Death. Su nombre artístico era, justamente, Mura Masa. Y la suerte quiso que nadie muriera en esta ocasión.

Mura Masa ofrecía en aquél momento un sonido difícil de descifrar, difícil de escuchar: una composición electrónica y multi-instrumental que sonaba de manera incómoda. Era un sonido oriental, extraño, casi experimental, que aludía a otra época, a un Japón inexistente y pretérito. Solo que afincado a Reino Unido. Sólo hay que escucharlo. Es algo que corta.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Alex Crossan nació el 5 de abril de 1996, es decir que hoy tiene 20 años, y en apenas dos años desde que salió aquél mixtape, sus beats se han convertido en algunos de los más cotizados del panorama electrónico independiente europeo. A través de Soundcloud y Spotify, y de pinchar en locales de la escena londinense, Mura Masa ha ido abriéndose camino con una rapidez y un talento difíciles de ubicar.

 

Canciones como Suicide Blades conducen hacia un sonido agradable, de fuerte base y corte, que hacen imaginar escenas de anime de los noventa, con un toce moderno. Aunque sonidos como los de Lotus Eater descoloquen por arrítimicos y pistas como Bae acelere el pulso sin entender qué estás escuchando.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Del sonido colorista pero siniestro de Soundtrack To A Death, ha Mura Masa tranformando su estilo, como un aprendiz aventajado absorbiendo los conocimientos de las corrientes musicales del momento y adaptando a su mundo, aquello que le interesaba.

 

En 2015 crea su propio sello: Anchor Point Records, y firma por la distribuidora de indie británico Polydor Records. Es entonces cuando empieza a estrenar temas inéditos en soundcloud y spotify, hasta lanzar su primer EP: Someday Somewhere, que significaba un cambio de tercio: ahora sus notas se paseaban por el R&B hasta llegar al dance seductor en la línea de AlunaGeorge o Disclosure, manteniendo, no obstante, apuntes extraños que recuerdan a músicos tan fuera del mapa del éxito como Jai Paul.

 

Al poco, su canción Lovesick Fuck se convierte en el nº 1 viral de Spotify y el 27 se transme una mezcla de 60 minutos en la BBC Radio, en el prestigioso show radiofónico Diplo & Friends. Y, sí, cuando la escuchas dos veces, te das cuenta de que hay algo que engancha, hay algo que hipnotiza, que, de alguna manera, pincha.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Críticos de medios como The Guardian o Rolling Stone ya le han echado el ojo. No en vano tal vez estemos ante uno de los talentos jóvenes más interesantes del panorama electrónico. Un joven nacido en una pequeña isla del reino unido, empezó tocando la guitarra, el bajo y la batería en bandas locales Punk y Hardcore, es ahora un talento que sigue siendo difícil de ubicar.

 

Después de Someday Somewhere vino la gira, recorriendo festivales y salas de toda europa. Sin dejar de trabajar en nuevos sonidos. Beats más pegadizos y comerciales que le llevaron a grabar la canción y rodar en octubre de 2015 el videoclip de un canción nueva, llegaba su abrazo al mainstream, que en realidad, sigue sonando con un toque original. Llegaba Love for that, con la lustrosa colaboración de la voz de Shura.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En apenas 2 años, un desconocido adolescente de una pequeña isla del Reino Unido confirmaba que la juventud, el talento, el carácter particular y la voz propia podían llegar a calar. Este verano, Mura Masa llegará a España, en ese laboratorio musical llamado Sónar.  Allí tal vez encontremos más Muramasas sin acabar heridos, esta vez.

© 2016 por Adrián Fernandez, Raquel Lop, Anaïs López y Francesc Miró. Creado con Wix.com

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